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Por: Raúl Vergara @RaulVB

 

Apenas unos segundos tras su feroz disparo desde 20 metros que bate a Harald Schumacher, Marco Tardelli se levantó del suelo, comenzó a sacudir la cabeza y corrió agitando los puños antes de estallar en lágrimas mientras iba a abrazar a sus compañeros de plantel en el banco de sustitutos de Italia. Era de justicia que el talentoso pero duro mediocampista de la Juventus marcase un gol en ese partido final de Copa del Mundo ante Alemania.

 

Él fue el hombre del partido esa suave noche de julio que Italia pudo gozar en Madrid. Su gol contra los alemanes, uno de los seis que anotó para los Azzurri, completó un torneo maravilloso para Tardelli que se coronó como una de las estrellas de España '82. Allí, en las duras superficies de juego bañadas por el sol español demostró las cualidades que le hicieron merecer el jugar 81 partidos por Italia y convertirse en el eje central del mediocampo de la Juventus durante una década.

 

Nacido en Capanne di Careggine, cerca de la ciudad toscana de Lucca, Tardelli comenzó su carrera en 1972 como zaguero en el club Pisa de la Serie C antes de trasladarse al Como en la Serie B dos años después. Tras sólo un año en Lombardía, Juventus lo llevó a Turín y durante su tiempo con la Juventus ganó los tres títulos europeos que se disputaban en ese entonces, la Copa de la UEFA en 1977, la Copa de los ganadores Copa (recopa) en 1984 y la Copa de Europa en 1985. Además de esos triunfos en Europa ganó cinco títulos de Liga y dos Copas de Italia, todos con la Juve.

 

Muchos que le vieron jugar piensan que Italia nunca ha reemplazado correctamente a Tardelli, cuya última aparición por los Azzurri se produjo en septiembre de 1985, en una derrota en casa por 2-1 ante Noruega. Fue una manera un tanto triste de poner fin a su carrera internacional. Era un centrocampista completo, la respuesta de Italia a Johan Neeskens, el centrocampista que personificó a la Holanda del 'fútbol total' durante la década de 1970.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tardelli, en su mejor momento uno de los hombres más duros del fútbol europeo, era un volante de gran despliegue reconocido por ganar siempre en los balones divididos. Su compromiso con el esfuerzo colectivo nunca fue cuestionado pero también poseía una vena competitiva insuperable. 

 

El hombre de Lucca con frecuencia se lanzaba en ataque y tenía una extraña habilidad para pisar el área contraria avanzando por el centro del campo para marcar goles trascendentes, como Inglaterra sabe bien pues ante los ingleses Tardelli anota un gol que les cuesta una derrota por 1-0 en un partido del Campeonato Europeo jugado en 1980. 

 

Otro gol importante de Tardelli se había producido tres años antes en la final de la Copa de la UEFA de 1977, donde se enfrentaron la Juventus y el Athletic de Bilbao. El global terminó 2-2 con la Juve ganando el trofeo por haber marcado Roberto Bettega un gol de visita en Bilbao. Fue un jugador tremendamente versátil y el entrenador Giovanni Trapattoni lo convierte en un centrocampista y lo utiliza en varios puestos.

 

El ascenso de Tardelli fue meteórico. Un año después de salir de Pisa, en la Serie C de Italia ya jugaba los campeones de Italia y en su primera temporada con la Juventus era convocado al equipo nacional. Enzo Bearzot encabezaba un proceso de reconstrucción después del desastre de la Copa del Mundo de 1974 en Alemania Occidental, buscaba sangre nueva y quedó impresionado por las aptitudes del jugador de 21 años de edad que actuaba en el Stadio Comunale. 

 

Así el 7 de abril 1976 Tardelli jugó en el amistoso de Italia contra Portugal disputado  justamente en Turín. Los Azzurri ganaron 3-1 y desde ese Tardelli se convirtió en uno de los Figli prediletti  (hijos predilectos) de Bearzot. Marco viajó a Argentina para la Copa Mundial de 1978 y jugó en seis de los siete partidos de Italia cuando los italianos desafiaron a los pesimistas y lograron terminar en cuarto lugar en el torneo. 


Pero fue en España 1982 donde Tardelli confirmó su grandeza. El surgimiento de Italia en la segunda ronda tras una fase de grupos tímida coincidió con su creciente influencia en el juego del equipo. En la victoria por 2-1 sobre Argentina en Barcelona, ​​el partido que realmente lanzó a Italia en su búsqueda del trofeo, Tardelli anotó el brillante segundo gol. Como siempre avanzó por el centro del campo de juego, combinó con Paolo Rossi el que le devuelve el balón y tras controlarlo vence al legendario Fillol con un disparo raso y fuerte con pierna derecha desde el borde del área.

 

Marco Tardelli, junto a Franco Baresi y Giuseppe Bergomi, que también jugaron 81 veces para los Azzurri, es el cuarto jugador italiano con más partidos jugados en la historia. Sólo Paolo Maldini, Dino Zoff y Giacinto Facchetti le superan.  

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