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Omar Oreste Corbatta, 'un jugador de dibujos animados'

 

Omar Oreste Corbatta Fernández, de profesión puntero derecho, fue el protagonista indirecto de una historia que tiene como actor principal a Claudio Paul Caniggia, extremo de River Plate de Argentina en los ’80. Tras un gol y una actuación memorable de Caniggia un periodista le comenta que algunas cosas que hizo esa noche ‘eran similares a las que hacía Corbatta en un pasado ya lejano. La respuesta de Caniggia fue un parco ‘eeh…no lo conozco a ese señor.’  

 

Más allá de la ignorancia juvenil e inofensiva desplegada por Caniggia en la oportunidad la verdad es que pocos jugadores de fútbol han tenido una conexión sentimental con la afición futbolística como la tuvo Oreste Corbatta, nacido el 11 de Marzo de 1936 y que se inició en Estudiantes de La Plata club por el que fue dejado libre al no ser esperado en su recuperación de una lesión en el tobillo allá por el año 1951.

 

Corbata, el Loco Corbata, fue uno de los más grandes exponentes de la gambeta (regate) que tuvo el fútbol argentino y para muchos el mejor de todos los tiempos. En ese rubro pocos como él existieron. Se recuerda que un fervoroso racinguista que se dedicaba a buscar jugadores en lugares varios, un personaje de nombre Aparicio, lo ve jugar y en 1955 se lo llevó a Avellaneda y a Racing Club donde a poco andar comenzó a causar gran sensación. El Garrincha argentino media apenas 1,65m y pesaba no más de sesenta y dos kilogramos.

 

Así pues el sábado 30 de abril de 1955 debutó en la primera de Racing ante Gimnasia y Esgrima de la Plata. La Academia formó con Domínguez; Dellacha y García Perez; Jiménez, Cap y Sivo; Corbata, Barrera, Maschio, Rodríguez y Cigna. El partido se jugó en La Plata y el gol del lobo, que ganó uno a cero, lo marcó Pentrelli. Corbatta marcaría su primer tanto ante Ferro en mayo de ese mismo año.

 

Ya bien conocido a nivel sudamericano un periodista chileno lo calificó alguna vez como un jugador de dibujos animados  y dicen quienes lo vieron jugar en vivo y en directo que algo de eso había. Dicen también que tenía una habilidad inigualable al patear penaltis pues el balón invariablemente entraba por un lado y el guardameta siempre iba al otro.

 

Su mejor año fue 1957. En esa temporada jugando con la selección argentina tuvo actuaciones memorables como las del sudamericano de Lima y en la eliminatoria al mundial de Suecia. En ese torneo eliminatorio marcó uno de sus goles más recordados contra Chile el 20 de octubre, eludiendo rivales aún en la línea de gol y poniéndole una cuota de gran suspenso a la conversión mientras el público al borde de sus asientos aguardaba la definición.

 

Eludió varias veces a dos defensores chilenos y tras cartón con varios amagues dejó al arquero René Quitral en el piso antes de anotar. Corbatta reunía todas las cualidades de un futbolista imposible de defender  el adversario. Rápido y con la pelota atada a su pie derecho ponía el freno y el amague los dos incorporados a un cambio de marcha invisible e inmanejable. Fue un wing clásico por definición, ese bien pegado a la raya e incontenible para su marcador hoy casi extinguido.  

 

 

 

Por: Raúl Vergara @RaulVB

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